lunes, 30 de enero de 2012

París


Como ratas, se esconden en los rincones. Ausentes a la vista de la gente, caminan dando rodeos, de farola a farola, de piedra a piedra. Algunas se esconden en las alcantarillas, las más viejas, las que en su momento encontraron allí la aventura de sus vidas. Otras, vagabundean remando el Sena arriba y abajo, saludando (sin recibir saludo a cambio) a los turistas que caminan a orillas del río. Otras, luchando contra sus miedos, se quedan en lo alto de Notre Dame, a la espera de que alguien las encuentre. 
Son historias de París, ocultas ante la vista de todos, pero visibles si miramos bien.