Vestido de gabardina, con sombrero marrón y una pipa, también marrón, colgando de su boca. Su mano derecha le ayuda a resolver los casos más díficiles que sólo Poirot (detective de Agatha Christie) podría resolver también. Y esos niñatos escurridizos, que le dan pistas claves para conocer la verdad. Se trata de Sherlock Holmes, Watson y Los Irregulares de Baker Street (a quienes Gerry Rafferty les dedicó una canción magnífica). Sherlock Holmes se ha convertido en un icono popular para todos los fans de las novelas policíacas. Ahora, vuelve para marcar 2010. Yo, en cambio, me voy para meterme de lleno en
"Estudio en escarlata".
3 comentarios:
Te firmo. Kandela.
Elemental, mi querido Watson.
¿Non tendrás que fumar, eh? Acuerdate, realidad/deseo
¿Y la rifa?
Publicar un comentario