lunes, 27 de septiembre de 2010

Rogelio

Es curioso, por lo menos para mi, las vueltas que dan los días. Los diferentes temas que tratamos a lo largo del mismo, van enredándose más y más hasta crear un nudo que desharemos mientras dormimos soñando detalles insignificantes del día.
Y fue hoy, el día en el que la tristeza de despedir a alguien y la alegría de saber que ahora está mejor, se mezclaron en mi cabeza, como agua y aceite, juntos, pero sin tocarse.


Bella, la perra a la que paseaba junto a Candela en la protectora de animales, ha sido adoptada por un señor que, según mi parecer, la tratará bien.
Caminaba yo por la calle, cuando veo a una perra muy parecida a ella, que me miraba y movía el rabo. Esquivando la vergüenza, le pregunté al señor que la llevaba si la había recogido de la asociación. Y si, tiempo atrás la había salvado de una vida cruel y dura. Le conté toda mi historia con la protectora y, al igual que yo, pensaba que había que ayudar a esos pobres animales a salir con vida de una nefasta vida. Rogelio, se llamaba el buen hombre. Me parece que la tratará bien  y que le hará buena compañía a Silva, la nueva Bella. Después de una despedida triste por mi parte, pero alegre por mi conciencia, vi como Rogelio y la que para mi siempre será Bella, caminaban felices y ella movía el rabo como nunca lo había hecho conmigo.

lunes, 13 de septiembre de 2010

verano




















No quedan días de verano, o algo así decía la canción. 
Y, aun que cueste admitirlo, tiene razón. 


Ha sido un día caluroso, de los últimos del año. 
Pero, aunque lo parezca, esto no es un texto triste,
si no una despedida alegre.
Me gusta el otoño.
Su frío, su lluvia, su vuelta a las clases...
Si, me gusta el otoño... creo.


Y es que los calcetines vuelven a su trabajo
y las golondrinas ya se marchan, en busca del calor.
No las culpo, cada uno mira por lo suyo.