13 de Febrero de 2010, 11.00 a.m
Recién levantado y aún con legañas me pongo la bata de andar por casa; azul, como no. Con las zapatillas, azules también, camino hacia el salón, abro la doble ventana y me asomo a la calle.
Un pequeño Peter Pan bajaba la calle con su espada mientras luchaba contra Spiderman y sus telas de araña. Un poco más arriba veo a un Conde Drácula agarrando de la mano a Cenicienta, con sus zapatitos de cristal. Cruzando el paso de cebra observo a un cavernícola hablando por teléfono móvil. Parecía alterado. También vi pasar un coche, y, dentro del, a Blancanieves y sus dos enanitos en la parte de atrás mientras conducía su príncipe azul.
Y es que hoy es Carnaval. Hoy nadie es lo que es. Ayer fuimos nosotros y hoy somos aquéllos en los que llevamos pensando semanas. Hoy soy un gato veneciano. Ayer fui simplemente yo. Mañana nadie sabrá en lo que se convertirá.
Y ahora me voy, me espera mi máscara. Me parece que me voy a quedar en casa, le toca salir al gato, mientras tanto, yo cuido de su pescado fresco.
3 comentarios:
Pues yo hoy te pondría un par de sabrosas sardinas para que te relamas a la vuelta. Bravo Gato!
Miauuuuuuuuuuuuu!
Que ventana tan estupenda!
Kisses.
Por un momento pensei que tomaras pastilliñas de cores. Que susto! :)
Menos mal que hai alguén por aquí que non anda depre. ;)
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