sábado, 31 de julio de 2010

fin de existencias de aire o lo que provoca la falta de aire

Como cada día, Él comía con su familia y se reían lo que el calor les permitía. Ese día no había aire. No apetecía ni comer. Y, al acabar, Él se levantó de la mesa y dejó el plato con los restos encima de la cocina y se fue con un: "Con permiso...". Y, al llegar a su destino (la piscina, le hubiera gustado a él), escucha una voz, un tanto familiar pero que a la vez inspiraba temor y desconfianza: su padre estaba diciendo su nombre con intención de hacerle aparecer ante sus ojos.
Como buen hijo, Él se dirigió hacia la cocina y esperó las órdenes de su "amado" padre. Éste le ordenó: "Tira eso. Nadie tiene porque tirar tus restos a la basura". A lo que Él, mientras "tiraba sus restos a la basura", respondió: "Prefiero que me incineren...".

1 comentario:

condado dijo...

Eso se llama humor en blanco y negro... No tienes jeta ni ná...