Como ratas, se esconden en los rincones. Ausentes a la vista de la gente, caminan dando rodeos, de farola a farola, de piedra a piedra. Algunas se esconden en las alcantarillas, las más viejas, las que en su momento encontraron allí la aventura de sus vidas. Otras, vagabundean remando el Sena arriba y abajo, saludando (sin recibir saludo a cambio) a los turistas que caminan a orillas del río. Otras, luchando contra sus miedos, se quedan en lo alto de Notre Dame, a la espera de que alguien las encuentre.
Son historias de París, ocultas ante la vista de todos, pero visibles si miramos bien.
2 comentarios:
París bien vale un segundo viaje.
kisses
Paris est une belle ville .. J'ai aussi un blog: marysiasulkowska.blogspot.com
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