domingo, 8 de febrero de 2009

Arsenio, mi perro




Hoy me levanté, miré por la ventana y me dije:

"Vaya, un mal día. Pero no arruinará mi alegría."

Después de mirar por la ventana, fui a ver el reloj: las 9:30. Algo más pronto de lo que acostumbro a levantarme, pero hoy era un día excepcional. Hoy era el día en el que, por fin, iba a tener un perro, mi perro.

Me hice el desayuno (5 tostadas con mantequilla y leche con Nesquik) y seguí viendo la televisión. Eran las once, y ya me empezaba a mosquear que mis padres no se despertaran. Mi tía venía a las doce y como no se dieran prisa... No sabía si despertarles o no. Si les despertaba me podrían decir: "¡Para que me despiertas! ¡Yo que estaba tan tranquilo durmiendo en cama y vas tú y me despiertas!" Y si no les despertaba, a lo mejor me dirían: "¡Por que no me despertaste antes! ¡¿No ves la hora que es?!" Al final no les desperté. Se levantaron poco después de pensar aquello, y no hicieron falta gritos.

Después de que desayunaran, me fui a vestir y en poco tiempo vino mi tía. ¡Que alegría! Ya quedaba menos... Cuando llegamos a Os Palleiros (mi tía, mi padre y yo), los perros nos recibieron con ladridos, ladridos y más ladridos. No había quien escuchara. Una señora nos acompañó para ver los perros que podríamos apadrinar: Gordi, Hulk, Mortadelo, Ela, Arsenio, Norte, Sur, Lolinha... ¡Muchísimos! Mi tía se encariñó con Ela, una perrita muy bonita, y muy cariñosa. Y a mi me encantó Arsenio. Se parecía muchísimo a Jara, una antigua perra de la familia. Y lo mejor era que no soltaba pelo y que así no me daría alergia. Ese era mi perro, Arsenio.



Al llegar a mi casa, de lo contento que estaba, me puse a cantar esta canción:


Mi perro Arsenio y yo pasamos mil aventuras que tú querrás saber.
Corremos aquí. Saltamos allá.
Y alegres seguimos en paz.
Somos dos que sin temor suben y bajan montañas.
Somos dos que alegres van cantando sin parar.
Mi perro Arsenio y yo pasamos mil aventuras que vais a conocer.
Corremos aquí. Saltamos allá.
Y alegres seguimos en paz.
Somos dos que sin temor suben y bajan montañas.
Somos dos que alegres van cantando sin parar.

(cántese como Mi mono Amedio y yo. Créditos finales de la popular serie: Marco.)


3 comentarios:

Candela dijo...

Soy Comanche. Estoy con Candela.
Tu perro es muy bonito. ¿Cuando lo voy a conocer?. Yo quiero apadrinar a Blanquita.
Un beso.

Carril dijo...

Arsenio é o máis simpático sen dúbida!! E si que é a versión machota da Jara!!
Di Pepa que se non vai coñecer a Arsenio deixa de traer paos!!!
Bicos e lambetazos aos dous!

condado dijo...

E si apadrinamos tódolos cans do mundo, que van comer os leóns?