La siguiente historia ocurrió una tarde en la que estábamos comiendo en la cocina. Yo estaba al otro lado de la puerta escuchándolos mientras comían. Hablaban de este verano, de a donde se podían ir de vacaciones. Al final, decidieron irse a Lisboa, que por cierto está en Portugal. Yo nunca había estado así que me pareció una buena idea.
Esa misma tarde, la madre de Emma se pasó todo el tiempo hablando por teléfono. Obviamente, yo no escuchaba nada, puesto que estaba jugando con Emma.
Varios meses después, antes de que llegaran las vacaciones de verano, venía mucha gente a casa. Los invitados me cogían, me daban de comer, me acariciaban... Yo no entendía nada.
Me acuerdo que, esos últimos días de clase, yo ya había crecido mucho y Emma no podía conmigo. Lástima, se estaba muy bien en sus brazos. Pero aún podíamos ir al parque a jugar: ella me tiraba el disco volador, yo se lo devolvía. Era muy divertido. Y así nos pasábamos la mitad del tiempo. Y lo mejor fue, que cuando llegaron las vacaciones de verano, podíamos ir todas las mañanas a jugar. El primer día de vacaciones era el 22 de junio y así eran todas las mañanas hasta la semana antes de irnos a Lisboa.
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Esa misma tarde, la madre de Emma se pasó todo el tiempo hablando por teléfono. Obviamente, yo no escuchaba nada, puesto que estaba jugando con Emma.
Varios meses después, antes de que llegaran las vacaciones de verano, venía mucha gente a casa. Los invitados me cogían, me daban de comer, me acariciaban... Yo no entendía nada.
Me acuerdo que, esos últimos días de clase, yo ya había crecido mucho y Emma no podía conmigo. Lástima, se estaba muy bien en sus brazos. Pero aún podíamos ir al parque a jugar: ella me tiraba el disco volador, yo se lo devolvía. Era muy divertido. Y así nos pasábamos la mitad del tiempo. Y lo mejor fue, que cuando llegaron las vacaciones de verano, podíamos ir todas las mañanas a jugar. El primer día de vacaciones era el 22 de junio y así eran todas las mañanas hasta la semana antes de irnos a Lisboa.
2 comentarios:
Mira que son guapos estos perros.
El podenco es igualito a Jara.
La historia de Simba veo que promete.
Un beso.
Estas historias no acaban nunca, parecen guiones de teleseries a las que acudes cada día para ver el desenlace del día anterior...
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