viernes, 6 de marzo de 2009

Ser humano, ser superior.


¿Qué tiene que hacer un oso para vivir? ¡Ser oso!
¿Qué tiene que hacer un lobo para vivir? ¡Ser lobo!
¿Qué tiene que hacer un gusano para vivir? ¡Ser gusano!
¿Qué tiene que hacer el hombre para vivir? Ser albañil, carpintero, profesor...
¿Por qué nos tendría que tocar justo a nosotros el estúpido papel de ser superior?


MAFALDA (QUINO)

5 comentarios:

condado dijo...

Yo, cuando sea mayor, quiero ser perro de chalet...

Carril dijo...

Pois eu, cando sexa maior, quero ser astronauta, coma Felipe.

Anónimo dijo...

Pois eu cando sexa maior,quero ser...pequeno.

Maria la Portuguesa dijo...

GATO NEGRO

¿Tienes tiempo Gato Negro? Porque voy a contarte una historia un poco larga.
Hace unos años – bueno, hace muchos años porque yo tenía 16 –, tuve lo que entonces creímos que era una reacción alérgica a la anestesia. Fui al dentista, me hicieron un empaste rutinario, pero al salir de la consulta tuve un desmayo muy aparatoso. Muy profundo y durante mucho tiempo. Me pincharon algún fármaco para que me recuperara y cuando lo hice y le conté al médico lo que había sentido mientras estaba inconsciente me dijo nervioso: “Has tenido sensaciones pre-mortales”. Casi me muero de verdad al escucharlo.
¿Y que había sentido o visto en ese tiempo? Pues una sucesión de imágenes relacionadas con mi vida y después una especie de placidez, como cuando estás a punto de dormirte y caes, caes, caes… En las imágenes aparecía mi madre sobre todo, pero también mis hermanas, mi padre, la ventana de mi cuarto, una bici, una niña chiquinina que debía ser yo y…..¡un gato negro!
Era lo que más me intrigaba. No teníamos gato, nunca lo tuvimos, ni negro ni blanco, ni gris… ¿Qué hacia ahí, ocupando un lugar tan importante en mi memoria? Cuando mi padre llegó de trabajar , le conté el episodio. Al principio no le sonó de nada, pero al cabo de un rato me contó esto: “Tú empezaste a andar muy pronto. Primero gateabas como una loca por toda la casa, pero enseguida te pusiste de pie para echarle mano a…un gato negro!”
Por lo visto, era un gatito pequeño, hijo de la gata de la vecina que se pasaba a nuestra casa, se ve que buscando alguien con quien jugar.
Hasta ahora no había vuelto a cruzarse en mi vida otro Gato Negro. Con aquel aprendí a andar. ¿Qué aprenderé contigo?

Besos de todos los colores.

Gato Negro dijo...

Mira, hasta me firman famosos...