jueves, 28 de mayo de 2009
jueves, 14 de mayo de 2009
A la deriva
Nada se pierde, solo se olvida.
Nada se acaba, solo es comienzo del final.
Nada se acaba, solo es comienzo del final.
Pero mi mente vaga a la deriva, perdida.
Y mi cabeza da vueltas buscando una salida.
Corre, alza el vuelo.
Grita, puedes hacerlo.
Vuela como un ave que cae del nido.
Sonríe, lo has conseguido.
Nada se oculta, solo se refugia.
Nada se apaga, solo se acaba el color.
Pero mi mente vaga a la deriva, perdida.
Y mi cabeza da vueltas buscando una salida.
Corre, alza el vuelo.
Grita, puedes hacerlo.
Vuela como un ave que cae del nido.
Sonríe, lo has conseguido.
Nada es imposible, solo es más difícil.
Y mi cabeza da vueltas buscando una salida.
Corre, alza el vuelo.
Grita, puedes hacerlo.
Vuela como un ave que cae del nido.
Sonríe, lo has conseguido.
Nada se oculta, solo se refugia.
Nada se apaga, solo se acaba el color.
Pero mi mente vaga a la deriva, perdida.
Y mi cabeza da vueltas buscando una salida.
Corre, alza el vuelo.
Grita, puedes hacerlo.
Vuela como un ave que cae del nido.
Sonríe, lo has conseguido.
Nada es imposible, solo es más difícil.
Nada se pierde, solo se olvida.
Nada se acaba, solo es comienzo del final.
Pero mi mente vaga a la deriva, perdida.
Y mi cabeza da vueltas, buscando una salida.
martes, 12 de mayo de 2009
Me llamo Simba - Capítulo 8: Tortura
Llevo más de dos meses buscándola, y sin resultados. La ciudad ya se me hace inmensa. He estado buscando el hospital, pero nada, no lo encuentro. Ya no me quedan fuerzas, tengo sed y hambre, mucha hambre. Ya nadie me da de comer y, si encuentro una fuente, es que tengo mucha suerte. No recuerdo lo que es la carne. Esto es un infierno... No se que hacer, llevo vagando muchísimo tiempo, y nadie me ayuda. Cuando veo a una madre con su hijo, lo primero que dicen es:
- ¡Cuidado, hijo! No te acerques a ese perro, que debe de tener muchas pulgas. No lo toques, ¿me oíste?
Y así una y otra vez. ¡Hasta me doy asco a mi mismo! Todos los días me hago la misma pregunta: ¿por que he tenido que nacer, si nadie me quería? Y nunca encuentro respuesta...
Ahora, lo único que puedo hacer es seguir vagando, sin rumbo. A ver, si por casualidad, encuentro un rastro que me lleve hasta ella. ¡Ya no recuerdo ni su cara! Lo único que consigo recordar es su perfume. Un dulce aroma que olía a rosas, dulces rosas. Solo necesito una brisa de aire que me lleve hasta ella. Mientras tanto, seguiré buscando.
miércoles, 6 de mayo de 2009
Encontré un calcetín
Encontré un calcetín, y cuando digo uno es uno, no dos. Estaba solo sin su compañero. Desconozco de que pie era, porque, según mi última información, aún no salieron calcetines específicos para pie izquierdo y derecho. Lo dicho, estaba solo. Como un día sin Sol. Como una noche sin Luna. Como un acuario sin peces (que es como se va a quedar el mío dentro de poco si no lo limpiamos ya, que parece una selva tropical). Como un marco sin foto (bueno, exceptuando los digitales, porque para los negados de la tecnología puede que se quede la pantalla en negro). Como una máscara sin cara. Y como muchas cosas más. Solo el pobre calcetín. ¿Alguien tiene el otro?
lunes, 4 de mayo de 2009
La guarida del gato
Era muy duro pensar en la muerte. Y atado de pies y manos sin poder moverse comencé a cavilar sobre estos últimos meses. Que podía haber fallado… que podía haber salido mal… Mientras, esa cosa caminaba hacia mí, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Mi hora había llegado, y esta vez no podía hacer nada para evitarlo. Él estaba cada vez más cerca… Solo podía cerrar los ojos, y dejarme ir...
viernes, 1 de mayo de 2009
Me llamo Simba - Capítulo 7: El rugido de una moto
En la foto, Mónica. La fugitiva.
Era un día normal, de primavera. El polen se me metía en los ojos y era muy molesto. Era un jueves, y normalmente Bella siempre viene a verme por la tarde. Ojalá que se decida a llevarme con ella...Por la tarde, hacía mucho calor. Miraba al cielo y no había ni una sola nube. Estuve aburrido mucho tiempo, esperando a que Bella llegara con los palitos de cordero que tanto me gustaban.
Se estaba acabando la tarde, ya estábamos en el crepúsculo, cuando una sombra apareció delante de mí. Si, era ella. ¡Por fin había llegado! La espera terminó. Me cogió una pata y me dijo:
- Pronto estaremos juntos, aguanta un poco más.
En ese instante, el rugido de una moto sonaba a lo lejos. Después, todo ocurrió muy deprisa: el señor que iba subido en la moto agarró el bolso de Bella y siguió corriendo con él en la mano, pero Bella no lo soltaba. Me levanté lo más rápido que pude y les seguí corriendo sin parar. De pronto, una sirena de policía cruzaba la calle para perseguirle. Y, en ese momento, Bella soltó su bolso y se rindió. Fui junto a ella corriendo. La pobre estaba herida, muy herida. Tenía golpes en la cara y los pantalones estaban rotos de rozarse contra el suelo. Ladré tanto como pude y, por suerte, un anciano salió de su casa para auxiliarnos.
Lo siguiente que recuerdo es que llegó una ambulancia y no me dejaron subir en ella. Así que me quedé otra vez en mi caja de cartón llorando y esperando a que Bella venga sana y salva a por mí...
... Pero llevo esperando más de dos meses.
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