viernes, 1 de mayo de 2009

Me llamo Simba - Capítulo 7: El rugido de una moto

En la foto, Mónica. La fugitiva.

Era un día normal, de primavera. El polen se me metía en los ojos y era muy molesto. Era un jueves, y normalmente Bella siempre viene a verme por la tarde. Ojalá que se decida a llevarme con ella...
Por la tarde, hacía mucho calor. Miraba al cielo y no había ni una sola nube. Estuve aburrido mucho tiempo, esperando a que Bella llegara con los palitos de cordero que tanto me gustaban.


Se estaba acabando la tarde, ya estábamos en el crepúsculo, cuando una sombra apareció delante de mí. Si, era ella. ¡Por fin había llegado! La espera terminó. Me cogió una pata y me dijo:


- Pronto estaremos juntos, aguanta un poco más.


En ese instante, el rugido de una moto sonaba a lo lejos. Después, todo ocurrió muy deprisa: el señor que iba subido en la moto agarró el bolso de Bella y siguió corriendo con él en la mano, pero Bella no lo soltaba. Me levanté lo más rápido que pude y les seguí corriendo sin parar. De pronto, una sirena de policía cruzaba la calle para perseguirle. Y, en ese momento, Bella soltó su bolso y se rindió. Fui junto a ella corriendo. La pobre estaba herida, muy herida. Tenía golpes en la cara y los pantalones estaban rotos de rozarse contra el suelo. Ladré tanto como pude y, por suerte, un anciano salió de su casa para auxiliarnos.


Lo siguiente que recuerdo es que llegó una ambulancia y no me dejaron subir en ella. Así que me quedé otra vez en mi caja de cartón llorando y esperando a que Bella venga sana y salva a por mí...


... Pero llevo esperando más de dos meses.

2 comentarios:

Candela dijo...

Simba se merece un capítulo que acabe bien. Probrecito.

Gato Negro dijo...

Si, supongo que acabará bien, pero aún no estoy dispuesto para finalizar la historia de Simba.